CONVIERTE LO IRREPETIBLE EN INOLVIDABLE
En mi opinión, dejamos que se vayan al olvido muchos momentos vacíos porque no les hemos dotado de algo interesante para que merezcan ser recordados, y también se van muchas cosas al recuerdo con menos intensidad de la que podrían tener.
Es el destino de las cosas que nos pasan: el recuerdo o el olvido, puesto que no existe la opción de la permanencia en el presente.
Algunas cosas se podrán volver a repetir –no exactamente igual, pero sí de un modo similar- y otras no, porque aquel momento, aquella situación, aquel estado emocional, aquellas personas… ya no están y por ello se convierten en irrepetibles.
Lo inolvidable –cuando es agradable- es una maravilla y una delicia. Es un milagro o una magia esto de que los humanos tengamos la capacidad de revivir con la memoria cosas que ya no existen, poder recrearlas con bastante exactitud, sentir de nuevo casi las mismas emociones, casi la misma presencia, casi las mismas palabras que se usaron.
Y podemos aprovechar más y mejor esta capacidad si hacemos que los momentos inolvidables realmente sean inolvidables.
Para ello se necesita de nuestra colaboración: tenemos que ser conscientes –muy conscientes- de que estamos viviendo un momento especial y hay que dedicarle toda la atención, emocionarse, llenarse los ojos y la memoria de ello, VIVIRLO, estar presente del todo y con todo, de modo que más adelante, cuando ya forme parte del pasado, tengamos toda la información necesaria para poder recrearlo con la mayor intensidad y fidelidad.
Cuando traemos el pasado a nuestro presente –que no es lo mismo y es mejor que pretender trasladarnos con la mente al pasado-, si llegamos hasta algo que se ha convertido en agradablemente inolvidable, eso nos provoca nostalgia, pero es una nostalgia o una melancolía que no llevan nada de dramatismo, sino que nos provocan una sonrisa, una sensación de agrado, a pesar de que alguien dentro de nosotros se va a quejar por no poder repetirlo, pero insisto en que el resumen es un agradecimiento satisfactorio y amable por poder haber estado allí y haber vivido aquello.
En cambio, y por el contrario, cuando se trata de algo irrepetible que no se vivió con atención, que se dejó ir vacío o a medias, por algo que uno calló cuando no debió callar o algo que dijo cuando no debió decirlo, o por algo que uno hizo o que no lo hizo, por que se desatendió el momento y no se procedió del modo apropiado… entonces es una gran frustración lo que se presenta, un reproche más o menos iracundo, una sensación desagradable de haber perdido una oportunidad que pudo ser excelente y que ahora se ha tornado en infortunio o en una desilusión inconsolable.
La atención continua es imprescindible para convertir la vida en VIDA.
Es conveniente estar atento, vigilante, consciente, totalmente en ello, y ser un observador incansable de la vida, de los momentos, de uno mismo y del Uno Mismo, para aprovechar cuando se presente una situación que sea más especial que otras, se VIVA, se deguste y disfrute, se llene de emociones, y se haga un milagro de ello.
Esta es mi invitación: QUE VIVAS UNA VIDA PLENA Y LLENA DE MOMENTOS INOLVIDABLES.
Y tú eres el alquimista que puede convertir la rutina en oro.
Te dejo con tus reflexiones…
“Oír o leer sin reflexionar es una tarea inútil”. (Confucio)
“Oír o leer sin reflexionar es una tarea inútil”. (Confucio)
Francisco de Sales
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