EXISTE EL DOLOR, PERO NO EL SUFRIMIENTO
En mi opinión, sí existe el dolor –es innegable- pero no existe la necesidad del sufrimiento. De hecho, el sufrimiento no existe. No tiene entidad y es solamente el resultado de un apego del ego a una situación dolorosa inaceptada.
Llamamos sufrimiento a un invento mental innecesario que consiste en aferrarse desesperada e innecesariamente a una situación de dolor que no se ha aceptado, pero la que tampoco se le ha permitido extinguirse de un modo natural.
El dolor de las experiencias lastimosas se extingue, antes o después, de un modo natural. Siempre. Es como un mecanismo de defensa o supervivencia del propio cuerpo. Si se mantiene o se acrecienta la sensación dolorosa es debido exclusivamente a la insistencia voluntaria –aunque a veces inconsciente- en persistir en ese estado.
En algunos casos se debe a un error de concepto. Por ejemplo, uno puede pensar que quiere más a una persona fallecida si sufre mucho por ella que si la deja partir pronto y sin ataduras hacia el lugar de los que ya no están aunque fueran muy amados o muy importantes.
La insistencia y el anclaje en el dolor es contraproducente para el ser humano, y la persistencia en el sufrimiento es deplorable y una autoagresión innecesaria y negativa.
El dolor se puede entender como una emoción, su duración es relativamente corta y ha de ser proporcional al hecho que lo produjo.
El sufrimiento es la respuesta emocional ante el hecho que produjo ese dolor, y por eso alcanza una mayor intensidad y duración que el propio dolor, porque lo seguimos alimentando y no le dejamos extinguirse. El sufrimiento puede durar por siempre aunque la situación que produjo el dolor inicial ya se hubiera acabado.
Así que conviene ser muy objetivo con el asunto del sufrimiento. Conviene saber separarse o desapegarse de él para mirarle cara a cara, fuera de su esclavitud y de esa especie de dependencia creada, y comprobar su utilidad –si es que la tiene- y su sentido –si lo tiene-.
¿Soy un ser insensible e inhumano si no sufro?
Pues no.
¿Es necesario sufrir?
Pues no.
¿Aporta algo positivo el sufrimiento?
Pues no.
Estos “pues no” son, naturalmente, mi opinión del momento en que escribo esto. No sé si son las respuestas acertadas. Son “mis” respuestas. Las que yo he encontrado tras muchas revisiones personales, y lo que he podido aprender de los cientos de personas que me han hablado de sus sufrimientos y de las nulas aportaciones positivas y del tremendo malestar aportado por ellos, de la sensación de frustración consigo mismo y con la vida que les inculca, del efecto de desanimación de ese estado trágico que aporta el sufrimiento, de la obnubilación que les provoca y consigue que uno sea incapaz de ver las cosas bellas de la vida que siguen estando a pesar del dolor pasado, de la situación tan dura e incómoda que proporcionan a sus seres queridos con ese empeño de querer mantenerse en el sufrimiento, de la desesperación ante la vida y el porvenir, y de lo que puede ser más grave: el tiempo de vida perdido en ese estado mientras que si se aceptara el dolor y su extinción natural, sin empecinarse en el sufrimiento, quedaría libre antes un espacio para que la felicidad y la esperanza y LA VIDA recuperasen su protagonismo.
El sufrimiento es un mal innecesario y la posibilidad de eliminarlo está en cada uno de nosotros. La aceptación es el mejor antídoto contra él.
Te dejo con tus reflexiones…
(Si te ha gustado, ayúdame a difundirlo compartiéndolo. Gracias)
Más artículos en: http://buscandome.es/index.php?action=forum
Más artículos en: http://buscandome.es/index.php?action=forum
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Gracias por participar en esta página, Dios te bendiga.