viernes, 6 de octubre de 2017

TODO SOBRE ÁNGELES

                                                 

FUNCIONES DE LOS ARCANGELES

Los Ángeles, como las personas, pertenecen a familias o clanes.
Se les han dado muchos nombres, pero, según la opinión de varios historiadores
de Ángeles, los más conocidos se pueden disponer en tres categorías o esferas, comenzando por lo alto, con los más próximos a Dios, y descendiendo hasta aquellos que están vinculados con el mundo físico.

Todos los que escriben sobre Ángeles están de acuerdo en que hay muchos tipos diferentes de seres celestiales que sirven de puentes entre los reinos espiritual y físico.

Existen numerosas opiniones en cuanto al número de categorías, sus nombres y
las funciones de cada uno.
El sistema de organización más comúnmente seguido en el mundo occidental proviene de un libro que apareció en el siglo VI.
Se supone que fue escrito por Dionisio el Areopagita, discípulo de San Pablo.
En él figuraban tres tríadas o esferas de Ángeles, con tres categorías en cada uno.

La palabra “ángel”, en sí, se utiliza como término genérico para referirse a todos
los seres celestiales, pero también para designar a los miembros de la tercera esfera, los más próximos a lo físico.

Así, también la palabra “arcángel” se utiliza con frecuencia como término genérico para referirse a todos los órdenes elevados de seres celestiales, aunque en realidad no sea sino uno de órdenes más altos.

Las legiones angélicas están compuestas así:
 
1ª. Esfera: Ángeles que sirven como consejeros celestiales:
1) Serafines
2) Querubines
3) Tronos.
2ª. Esfera: Ángeles que trabajan como gobernadores celestiales:
4) Dominaciones
5) Virtudes
6) Potestades
3ª. Esfera: Ángeles que funcionan como mensajeros celestiales:
7) Principados
8) Arcángeles
9) Ángeles.

TRIADA O ESFERA SUPERIOR
El conjunto de la jerarquía de los Ángeles puede describirse mejor diciendo que
se trata de una vasta esfera sin fin de seres que rodean a un punto central incognoscible, al que se denomina Dios.
El Centro Divino es definido como una emanación de pensamiento puro de la vibración más elevada, cuyos sutiles rayos parecen cambiar de frecuencia a
medida que se alejan del centro.

Cuando las vibraciones disminuyen su velocidad, en un primer momento se convierten en una región orbital de luz pura.
Cuando esta luz disminuye su intensidad, alejándose más de la fuente, comienza a condensarse en materia.
Así, la imagen aparecería como un inmenso Sol rodeado por una corteza delgada de materia oscura.

La primera tríada de presencia angélicas se conoce como los Serafines, los
Querubines y los Tronos, que se hallan reunidos en torno a un núcleo central de pureza.
Un Serafín vibra en la frecuencia angélica más elevada.
El Querubín, en el siguiente anillo que orbita alrededor de la fuente, tiene una velocidad de vibración algo menor, mientras que los Tronos del tercer anillo
marcan el punto en el cual comienza a aparecer la materia.

1) SERAFINES:
Son reconocidos generalmente como representantes del orden más elevado de
los Servicios Angélicos de Dios.

Se los conoce normalmente como Ángeles con 3 pares de alas y que tienen miles de ojos en sus alas.
La leyenda dice que están tan cerca del trono de Dios que usan un par para taparse el rostro, el otro para taparse el cuerpo y las piernas, y el tercero para mantenerse flotando.

Son los Ángeles que aparecen nombrados como coro en la Biblia, en Isaías, y que dice que se cantan uno a otro: “Santo, Santo, Santo es el Señor de las Huestes, la tierra está llena de Su Gloria”, mientras rodean el Trono.
Una hermosa explicación de esta actividad aparentemente monótona es que en realidad se trata de una canción de creación, una canción de celebración.

Es la vibración primordial del Amor.
Es una esfera creativa, en la que resuena la Vida.
Los Serafines están en comunión directa con Dios y, como tales, son seres de luz y pensamiento puros que resuenan con el Fuego del Amor.

Conocidos popularmente como las “flameantes serpientes voladoras del rayo”,
que “rugen como leones” cuando se despiertan, a los Serafines se les identifica
más con la serpiente o el dragón que con cualquier otro orden angélico.

En realidad, su nombre sugiere una combinación del término hebreo “rapha”, que significa “sanador”, “médico” o “cirujano” y “ser”, que quiere decir “ser superior” o “Ángel custodio”.
Durante mucho tiempo la serpiente o dragón ha sido un símbolo de las artes curativas, sagrado hasta Esculapio.
Dos serpientes se enroscan alrededor del legendario “caduceo”, nuestro actual símbolo de la profesión médica.

2) QUERUBINES:
En la genealogía histórica se lo representaba con cuatro alas y cuatro caras, siendo representados con frecuencia como los Portadores del Trono de Dios y como Sus Aurigas.
En el Salmo 18 Dios es conducido por un Querubín, aunque el carruaje parece haber sido un Ángel del orden contiguo inferior – denominado Trono.
Actualmente a los Querubines se los representa generalmente como bebés de cuerpo entero, con alas.
Son los distribuidores de la energía, los que establecen la forma que debería tomar, y que activarán las legiones de arcángeles inferiores para que se ocupen de ello. Serán, en verdad, las escalas inferiores, cada una según su propio cometido, quienes realicen completamente, y con la máxima perfección que les es propia, el pensamiento Creador de la Divinidad.

Son los custodios de la luz y de las estrellas.
Aunque alejados de nuestro plano de la realidad, su luz toca nuestras vidas, la luz divina que ellos filtran desde el cielo.
La vibración sutil que emana de los Querubines es la del Conocimiento y la Sabiduría.

3) TRONOS:
Estos Ángeles son descriptos como las grandes “ruedas” o los de “múltiples ojos”. Curiosamente, mientras los Querubines parecen ser los aurigas de Dios, los Tronos parecen ser los carruajes.
El símbolo es una rueda de carreta con alas en los vórtices.

Las descripciones de los tronos han cautivado la imaginación de muchos entusiastas de los ovnis, pues las hallan muy cercanas a las observaciones de los encuentros actuales con las denominadas naves espaciales venidas de fuera.
De todas las formas angélicas, las “ruedas” son ciertamente las más enigmáticas. Quizás se deba al simple hecho de que representan imágenes parecidas a nuestra propia tecnología, si bien al mismo tiempo fueran descriptas en una era en que incluso la rueda en sí misma era alta tecnología.

Se los convoca porque saben mucho de la Creación de Dios y son los que equilibran el amor propio y lo ponen en la justa balanza.
Ellos habitan una región del Cielo que comienza a adoptar forma y sustancia.

Es en este punto que el Cielo se encuentra con la Tierra y asuma la sustancia de
la carne, quedando así expuesto a la posibilidad de corrupción.
Rudolph Steiner llega a decir que, en un gesto de amor, los Tronos ofrendaron la sustancia que sirvió de base para nuestra existencia material.

TRIADA O ESFERA INTERMEDIA
El segundo grupo de los tres órdenes está compuesto por las Dominaciones, las Virtudes y las Potestades. El tema de una unificación última con “Dios, el origen” compendia todo el empeño de los Ángeles de la Segunda Tríada. Debido a esto existe una constante tensión dual que surge entre las polaridades del bien y el mal, la material y el espíritu, lo superior y lo inferior.

Todos los órdenes dentro de la Tríada pugnan por equilibrar y reconciliar a tales oponentes y, al hacerlo, todos son proclives al riesgo de corrupción.

4) DOMINACIONES:
Este orden, según Dionisio, “regula las obligaciones de los Ángeles. Otros eruditos sostienen que las Dominaciones son cauces de misericordia, que viven dentro del segundo cielo. Supuestamente, esta esfera sagrada tiene las letras celestiales del Nombre Sagrado suspendidas en su reino.


5) VIRTUDES:
Estos Ángeles de Gracia conceden Bendiciones procedentes de las alturas, normalmente en forma de milagros.
Con mayor frecuencia, son asociados a los héroes y a los que luchan por el bien.
Se dice que infunden coraje cuando más se necesita. Aparecían en la Ascensión
de Cristo, donde dos de ellas le escoltaron hasta el Cielo.

6) POTESTADES:
Se supone que fueron los primeros Ángeles creados por Dios.
Las Potestades habitan la peligrosa región limítrofe entre los cielos primero y segundo.
Dionisio da fe de ellos resistiendo los esfuerzos de los Demonios por apoderarse del Mundo.
Aparecen para actuar como una especie de guardia fronteriza que patrulla los Senderos Celestiales atentos a la infiltración diabólica.

Obviamente, estas patrullas son un asunto arriesgado y San Pablo advirtió severamente a sus diversas congregaciones que las Potestades pueden ser tanto
el bien como el mal. En la Epístola de los Romanos 13:1 se revelaba que “El Alma está sometida a las Potestades”, y es en sus esfuerzos por mantener un equilibrio dentro de nuestras almas que algunas son conocidas por llegar a estar excesivamente identificadas con el lado oscuro de los seres humanos, por lo que son proclives a pecar. Aún así, las Potestades encuentran su verdadera vocación en equilibrar o reconciliar los opuestos.

TRIADA O ESFERA INFERIOR
 
La Tercera triada de Principados, Arcángeles, y Ángeles está firmemente enraizada dentro del reino del primer cielo, así como con sus límites con nuestro universo temporal y material.

Esto quiere decir que los tres órdenes son los más expuestos y vulnerables a cualquier corrupción de la carne. También podría explicar el hecho de que los Ángeles individuales procedentes estos órdenes son más conocidos por nosotros, debido, simplemente, a que se nos asemejan más.

7) PRINCIPADOS:
Originalmente, los Principados eran considerados como una orden que estaba a cargo de las naciones y de las grandes ciudades de la tierra.
Más tarde, estos límites se expandieron, pero al hacerlo, las fronteras se volvieron más imprecisas.
Extendieron su dominio y se convirtieron en los protectores de la religión (un encargo difícil, si se hallan implicadas las cuatro religiones principales), tendiendo a adoptar un punto de vista más bien ortodoxo del bien y del mal.


8) ARCÁNGELES:

Los Siete Ángeles que se alzan ante el Señor en las Revelaciones son representados habitualmente con los Arcángeles.
Mientras que las fuentes cristianas y judía están de acuerdo en el número siete, existe un debate profano acerca de quienes podrían ser en realidad.
No obstante, cuatro nombres que aparecen con regularidad matemática son: Miguel, Gabriel, Rafael y Uriel.
Los otros tres candidatos son seleccionados tradicionalmente entre Metrón,
Remiel, Sariel, Anael, Ragüel y Raziel.

Dionisio nos dice que los Arcángeles son “Mensajeros que llevan los Decretos Divinos”. Están considerados como los intercesores más importantes entre Dios y los humanos, y son ellos quienes comandan las legiones del Cielo en su constante batalla con los Hijos de las Tinieblas.

FUNCIONES DE LOS ARCÁNGELES
Aunque sus esferas de influencia se sobreponen e interconectan, cada Arcángel tiene su propio distrito:
URIEL:
Es la presencia lumínica protectora del Este, del sol naciente, de la mañana y los nuevos principios, de la primavera y el color amarillo. Uriel trae a la mente energías transformativas y es el guardián del reino mental.

Bajo su dominio caen la ciencia, la economía y la política.
Esto lo incluye todo, desde la limpieza de tóxicos a los problemas del hambre, la falta de vivienda y las reformas políticas.
La obra de Uriel incluye sistemas, organizaciones y todos los temas relacionados con el trabajo.

GABRIEL:
Es la presencia lumínica Protectora del Sur, del mediodía y el calor solar, del verano y el color verde. Es el guardián de las emociones, las relaciones y la creatividad. Cuando estamos luchando con abusos, adicciones, familias en disfunción o con las dificultades de las minorías sexuales para hallar el amor y ser amadas.
Es el Ángel de la Esperanza y la Revelación, el Amor y los Contactos del Corazón. El terreno especial de este Arcángel es la creatividad y las artes, las emociones y todas nuestras relaciones con animales, con personas y con Ángeles.

RAFAEL:
Es el Protector del Oeste, del crepúsculo, la noche, el otoño y el color rojo.
Es el guardián de nuestro cuerpo físico y de la curación.
Su dominio es la casa del crecimiento y la transformación.
Esto incluye todo lo que va desde la cirugía a la herbolaria, desde lo personal
hasta lo planetario.
Su poder puede actuar sobre enfermedades físicas, mentales y emocionales.

MIGUEL:
Es el protector del Norte, que es la casa de l anoche, el invierno y el color azul.
El Norte es el reino del espíritu y de los sueños.
Miguel es el guardián de la paz, la armonía y la cooperación global.
Y trabaja por la cooperación y la reconciliación.
Es hora de que aprendamos a vivir en paz y armonía con otros, a derribar las barreras que han separado a naciones, partidos políticos, sectas religiosas,
familias e individuos, debido a diferencia de opiniones, miedos y egoísmos.

Todos somos ciudadanos de la Tierra, pese a nuestra adversidad.
Mientras realizas tu búsqueda espiritual es útil recordar las enseñanzas que
Miguel nos ofrece.
A veces estamos tan dedicados a buscar respuestas que olvidamos la
importancia de formular las preguntas correctas.

EL ARCÁNGEL MIGUEL


Su nombre significa “EL QUE ES COMO Dios”, es sin duda el más conocido de
los arcángeles superlumínicos. Miguel es reconocido en las tres tradiciones sagradas de Occidente.

Según la tradición judía, es Miguel quien se apareció a Moisés en medio de una zarza ardiente, volviendo a aparecerse en el episodio del entierro, donde se disputa con Satán la posesión del cuerpo del viejo patriarca.
Se cree que es quien rescató a Daniel y a sus amigos de la madriguera de los leones.

En los Pergaminos del Mar Muerto, Miguel emerge como el Príncipe de la Luz,
que libra una guerra contra los Hijos de la Oscuridad, en la cual encabeza la batalla angélica contra las legiones de Belial, el Ángel Caído.

Recientemente, en 1950, el Papa Pío XII declaró a Miguel patrono de todos los policías.

Por lo general, Miguel es mostrado con una espada desenvainada, que simboliza su papel como gran adalid de Dios.

Existen tradiciones musulmanas que describen a Miguel en una forma prodigiosa. “Alas de color verde esmeralda… cubierto con cabellos de azafrán, cada uno de ellos conteniendo un millón de caras y bocas y muchísimas lenguas que, en un millón de dialectos, imploraban el perdón de Ala”.
En el Corán se dice que los querubines se formaron a partir de las lagrimas vertidas por este gran Ángel sobre los pecados de la fe.

Miguel también es conocido como el Ángel del Juicio Final y en su carácter de “pesador de almas” tiene una genealogía que data de cuando las tribus de Israel estaban en cautiverio en Egipto.

En la Edad Media también se sostuvo que Miguel era el “Acompañante del Alma”,
el conductor de las almas hacia el otro mundo.
Como la Iglesia estaba ansiosa por atraer a los antiguos adoradores paganos de la Galia Romana, que seguían manteniéndose fieles al Dios Mercurio, dotó a Miguel con muchos de los atributos de ese Dios del mundo terrenal. Las capillas dedicadas a Miguel se levantaron sobre las ruinas de los antiguos templos, que invariablemente habían sido construidas sobre colinas o montículos. Así, Miguel, como Mercurio, llegó a ser el guía de los difuntos.

En Daniel se vaticina que cuando el mundo vuelva a estar en auténticas
dificultades, reaparecerá Miguel. Muchos eruditos señalan a este siglo como aquél en el cual Miguel se revelará una vez más en toda su gloria.

Miguel es el que protege a los creyentes, libera sus casas, destruye las obras de magia negra y sortilegios, por lo tanto es un colaborador amado y verdadero, tanto por los humildes que se sienten protegidos, como por los poderosos que se identifican con Él.

Miguel representa el Sol en su pleno dominio, a lo largo del arco resplandeciente de su recorrido, de las primeras luces del Este hasta el último rayo del Oeste, antes de que llegue la noche.

En el plano humano, el Arcángel Miguel ayuda a conseguir el éxito, la afirmación, facilita la lucha para superar los obstáculos. La tradición lo asimila a todo lo que concierne a la Potencia en todos sus aspectos positivos.
 

Como Ángel Solar, domina la constelación del León, pero siendo también Señor del Elemento Fuego, extiende su protección a la tríada zodiacal del fuego: Aries, Leo y Sagitario.

La Biblia menciona a menudo su nombre en la imaginación humana su imagen es asociada a la criatura llameante del Ángel de la Luz. Se quiebran las tinieblas con su llegada, y el enemigo, agazapado en la sombra, es afrontado y derrotado.

El suyo es el importante papel de jefe de los ejércitos Celestes, el vencedor de la Bestia, el vencedor por excelencia de todas las batallas. Esta apariencia suya de guerrero victorioso e invulnerable el asegurará la gran benevolencia de parte de todos los ejércitos, soldados y reyes de todas las épocas.

Antiguamente se asociadaza a Miguel con la curación, y en particular, con la curación física a través del agua. Para nosotros el agua es sagrada, porque es indispensable para la vida. Somos capaces de vivir durante meses sin comer, pero en pocos días morimos por falta de agua.

En la antigüedad, los ríos y los rayos eran considerados Fuentes de fuerza espiritual, así como los medios de transporte eran una fuente de comida. Se consideraba que las corrientes de agua eran como emanaciones de Dios o de la Madre Naturaleza que daban vida a todas las cosas. En las culturas más antiguas, el Dios de las aguas (Yamm, Poseidón, Neptuno, etc.) era una Divinidad muy poderosa.

Desde tiempos inmemorables, el agua ha jugado un importante papel en la
curación de las enfermedades. Los manantiales de agua caliente se veían como regalos especiales de Dios, y se asociaban a espíritus protectores o incluso divinidades. Los pozos naturales y las fuentes normales, e incluso los ríos y arroyos, también se reverenciaban por sus propiedades curativas y cada uno de ellos tenía su espíritu guardián.

Esta creencia también prevaleció en las épocas bíblicas. Se conoce la historia de cómo una noche Jacob llegó al Río Yaboc y allí luchó contra un Ángel al despuntar el alba. Los estudiosos del folclore religioso consideran que aquel Ángel era el guardián del río.

Según la tradición judía, el Ángel que luchó contra Jacob era Miguel y lo hizo para probar si era digno de convertirse en el patriarca y padre de Israel. Durante el combate junto al río, Jacob se dislocó la cadera y se considera que Dios envió a Rafael para curarle.

Durante la época en que vivió Jesús, los judíos creían fervientemente que Dios había escogido al Arcángel Miguel para que velara por determinadas fuentes de agua, especialmente aquellas que tenían propiedades curativas. Esta creencia puede provenir del hecho de que tradicionalmente se considera que Miguel es un Ángel protector especial de los judíos, quienes asociarían esta protección con todos los fenómenos naturales de su mundo.

Parece que esta asociación todavía va más lejos. La tradición considera que Miguel es el Ángel del Éxodo, que condujo al pueblo de Israel a través del Mar Rojo y que, cuando moisés golpeó la roca en el desierto, hizo que de ella manara agua para calmar la sed de los israelitas. En ambos casos el agua es una fuente de vida y de seguridad para el pueblo judío. Por consiguiente, puede ser que la asociación de Miguel con la curación a través del agua se inicie aquí.

Un interesante pasaje del evangelio de San Juan también habla de las curaciones de Miguel a través del agua: “Hay en Jerusalén, junto a la puerta de las Ovejas, una piscina llamada en hebreo Bezatá, con cinco soportales.

En estos soportales había muchos enfermos, ciegos, cojos y paralíticos que aguardaban el movimiento de las aguas. Pues un Ángel del Señor descendía de tiempo en tiempo a la piscina y agitaba el agua. Y el primero que, después de movida el agua, entraba en la piscina, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese”. (Juan 2, 2-4).
La tradición judía suele asociar al Ángel del Señor que agitaba las aguas con Miguel y al verdadero sanador con Rafael.

¿Por qué se considera que Miguel cura a través del agua? Parece que las aguas termales y otros lugares parecidos debían protegerse, tanto de desastres naturales como sobrenaturales, porque eran muy valiosos para la humanidad. Sólo el más poderoso de los protectores era capaz de hacer algo por estos lugares sagrados tan importantes. Por este motivo, se consideró que Miguel era el Ángel que debía velar por estos lugares de sanación.

Esta creencia todavía se conserva en muchas partes del mundo, como por ejemplo, el Centro Médico San Miguel de Newark, Nueva Jersey, que se fundó en 1867 y es uno de los muchos hospitales dedicados al Arcángel.
También se considera que Miguel es el Ángel que conduce a las almas de los que han muerto hacia el otro mundo. Es el patrón de los hospicios, y cuando conozcamos a alguien cuya vida en este mundo está llegando a su fin, podemos pedirle a Miguel que le acompañe en su viaje al más allá.

EL ARCÁNGEL RAFAEL


Su nombre significa “EL RESPLANDOR QUE CURA”, y tal como lo indica su nombre en hebreo, es el sanador por excelencia: “Rapha” (que cura) + Él (Dios). La raíz de su nombre significa mucho más que la simple curación física. Incluye todo tipo de arreglo o reparación, desde zurcir unos calcetines hasta purificar el agua o arreglar cualquier defecto de un producto.

Podemos observar que la esencia del nombre Rafael implica un cambio para mejor, la restauración de algo para que recupere su estado original, ya sea en relación con nuestro ser físico o con nuestra espiritualidad.

Se dice que Rafael que es el guardián de los espíritus de los seres humanos, no de sus cuerpos. Y esto es lo que corresponde al Sanador de Dios, porque todas las curaciones se inician en el espíritu, incluso las curaciones de enfermedades físicas. La mayor parte de la curación que necesitamos es la curación del espíritu o de aspectos relacionados con el espíritu, el pensamiento, las emociones y las relaciones personales.

La tradición cabalística ha asociado a Rafael con el planeta Mercurio, del cual es Arcángel dominador. También para los griegos, Mercurio era el señor de la medicina, pero descubriremos que es una relación que funda sus raíces en la antigüedad más remota.
Es conocido por ser el príncipe-jefe que gobiérnale segundo cielo, jefe del Orden de las Virtudes, guardián del Árbol de la Vida en el Edén y, por reconocimiento propio, uno de los siete Ángeles del Trono. Esto es lo que revela a Tobías en el Libro de Tobías.
En este relato, viaja disfrazado en compañía del hijo de Tobías, sin darse a conocer hasta el fin del viaje. Rafael enseña a Tobías que ha capturado un enorme pez, cómo utilizar cada parte del animal, “el corazón, la bilis y el hígado.. son necesarios para medicinas útiles..y las agallas son buenas para untar los ojos en los que hay una manchita blanca, que resultarán curados”.
Por cierto, la carrera de Rafael parece salpicada de misiones médicas. Curó el dolor de la circuncisión a Abrahán, que no había sido sometido a este procedimiento de niño. Rafael fue luego enviado por Dios a curar el muslo del pobre Jacob, maltratado por Samael. Y también se aseguró que Él dio a Noé, después del Diluvio, un apreciadísimo “libro médico”.
De Él se ha dicho que es “una de las cuatro presencias puestas por encima de todas las enfermedades y de todas las heridas de los hijos de los hombres” (Enoc 1), y en el “Zohar” es el “encargado de curar la tierra… la tierra que brinda un lugar al hombre, a quien también cura de sus enfermedades”.
Si bien oficialmente es una Virtud, se dice que tiene las seis alas de un Serafín, pero al mismo tiempo pertenece a los Querubines, las Dominaciones y las Potestades. También se dice de Él que es el más divertido y sociable de toda la grey angélica, y a menudo aparece representado charlando alegremente con algún confiado mortal. Su carácter risueño se debe posiblemente al hecho de ser Regente o Ángel del Sol.
Lo más importante que aprendemos de Rafael, y por extensión de todos los que sirven a Dios, es que no vienen a nosotros por propia decisión, sino por voluntad de Dios. Esperan que se les trate con el respeto que merecen tan grandes mensajeros, pero jamás aceptarán agradecimiento o gloria por sí mismos, sino para Dios, que es quien les envía. Debeos recordar esto cuando intentamos establecer una relación recíproca con nuestro Ángel de la Guarda, porque si Dios no proporciona vida y profundidad a esta relación no será nada satisfactoria.
Rafael es además el guardián de la investigación científica, de los conocimientos aplicados a la materia. Este gran Ser conoce cosas que para los hombres serán aún desconocidas por milenios. Cuando llegue el momento hará descender, por medio de sus legiones, ideas e intuiciones en la mente de individuos predispuestos.
Si el corazón y la mente de los científicos, de los médicos, de los investigadores estuviesen abiertos a esta realidad, Rafael podría hacer confluir sobre ellos estos dones de conocimiento que puede hacer llegar sólo gota a gota. Si en verdad es tan difícil para los hombres de ciencia creen en la existencia del Ángel, prueben al menos a dejar abierto un pequeño portillo a la posibilidad, a la trascendencia. Prueben, al menos, a enviar una sonrisa afectuosa, no despreciativa, hacia esta gran Energía de poder y de conocimiento. Prueben, en el secreto de su corazón, donde nadie viene a apuntarles con el dedo o a reírse de ellos, prueben a dejar una pequeña posibilidad a lo maravilloso y a lo imponderable que, como bien saben los investigadores, aletea siempre, inalcanzable, en torno a cada microscopio…
Rafael es el dominador de la constelación zodiacal Virgo. Según la astrología tradicional, Virgo está dominada por Mercurio, y bajo este signo tenemos los mejores custodios de la salud, enfermeros, farmacéuticos, investigadores, científicos. Mercurio es el custodio de la inteligencia, de la investigación científica y de las indagaciones. Pertenece al elemento Tierra y como tal domina también la Tríada de los signos que a ella pertenecen: Virgo, Tauro y Capricornio.
La influencia de Rafael es fortísima, también en la constelación de Géminis, dominaos ellos por Mercurio. En este signo estimula la facultad intelectiva, pues los Géminis son pocos propensos al sacrificio y al espíritu de servicio activo que está, por el contrario, muy desarrollado en Virgo.


PROGRAMACIÓN ANGÉLICA
Limpieza del Alma
Imaginemos a la Energía Cósmica como un enorme diamante, con infinitas facetas cortadas a la perfección. De cada faceta emana un esquema de luz singular, más hermoso y magnífico que cualquier color visible en la tierra. La luz de cada faceta se concentra en cada ser humano. Es la luz del don que tenemos para ofrecer al mundo; es la luz que nos une a Dios y a los demás seres humanos. Todos formamos parte de un espectro de colores hermosos. Cuando tenemos la libertad de ser nosotros mismos, la luz nos emana del alma en forma de un esquema brillante y singular. La luz brilla con más intensidad cuando somos realmente nosotros mismos.
Una forma de reconocer el lodo o el polvo que opaca nuestra luz es mirarnos con honestidad e identificar los esquemas que nos provocan la duda y la infelicidad. Para ello, vamos a tomarnos un momento para meditar.
Ingresamos en el estado de relajación y, cuando estamos listos, comenzamos a ir hacia adentro y a conectarnos con el color de nuestra luz. Quizás no lleguemos a ver un color definido, así que nos concentraremos en nuestro propio centro de energía, la fuente del yo.
Les pedimos a los Ángeles que nos muestren parte del lodo o el polvo que oscurece nuestro brillo. Prestemos atención, y cuando la mente registre algo que queramos eliminar, vamos a visualizar a los Ángeles limpiadores como frotan el lugar con una solución limpiadora y el lodo se desvanece en el universo para ser transmutado. Seamos creativas, y si registramos las experiencias en un diario, podemos anotar ésta para poder releerla de vez en cuando.
Los Ángeles nos ayudan a ser auténticos y fieles a nosotros mismos. Y lo hacen de maneras variadas, ya que poseen el programa, o plano, que nosotros ayudamos a crear antes de llegar a esta existencia. Cuando nos alejamos demasiado del centro, los Ángeles dejan huellas sutiles para recordarnos que debemos volver al camino y ser nosotros mismos, algo que no siempre resulta fácil.
Cuando nos enfrentamos a situaciones rutinarias, por lo general comenzamos a comportarnos como si hubiéramos conectado el piloto automático. El auto descubrimiento es lo que nos permite descubrir quienes somos y cuáles son los programas automáticos que operan en nuestras vidas. Cuando descubrimos un esquema, nos damos la oportunidad de seguir aplicándolo o no. E inclusive, cuando decidimos continuar, el esquema cambia porque ya somos conscientes de lo que estamos haciendo.
El propósito de esta práctica es que lleguemos a ser auténticos: la broma está en que no existe un truco ni una clave especial para llegar a ser auténticos. La autenticidad evalúa lo que de singular tiene cada ser humano. Así que tal vez sea necesario que cada uno realice alteraciones en las prácticas aquí presentadas para adaptarlas mejor a su alma.
La autenticidad proviene del verdadero conocimiento de uno mismo. “Conócete y sabrás cómo vivir”, reza el dicho. Cuando llegamos a conocernos, sabemos cómo entregarnos. Si no podemos entregarnos, nos veremos atrapados en la obsesión por nosotros mismos y, conociéndonos, esa obsesión nos
jugará una mala pasada. Si esto sucede, conviene que nos tranquilicemos y que les pidamos a los Ángeles que nos recuerden quienes somos y cuál es nuestra misión aquí.
Entonces HAGÁMOSLO y pasaremos el mejor momento que pudiéramos imaginar.
Cuando somos verdaderamente nosotros mismos, transmitimos un mensaje de amor que genera una reacción en cadena positiva en el universo. El simple hecho de pasar caminando junto a alguien en la calle podría cambiar la vida de esa persona. Podemos ofrecerles a otros seres humanos la experiencia angélica sin saberlo, así como recibimos experiencias de ciertas personas y nos preguntamos si se trata de Ángeles.
A veces cuando intentamos enviar mensajes, el destinatario no los recibe; y luego, cuando ni siquiera lo intentamos, el mensaje le llega con gran nitidez. Enviar transmisiones positivas irradiando nuestra luz y la luz de los Ángeles es una forma de estimularlas. Por ejemplo, podemos enviar conscientemente bendiciones en rayos de luz o en alas de Ángel a cierta persona, lugar o grupo.

También podemos transmitir el mensaje de que queremos atraer a nosotros a las personas que más nos necesitan y a quienes más recitamos en la vida. Este pedido recibe una atención natural cuando expresamos al mundo que nos rodea quiénes somos realmente. Estemos alerta y seamos conscientes de lo que transmitimos, y recordemos: cuando nos acosen las dudas, actuemos con dulzura, y transitaremos un programa de encanto y alegría.
Gracias por tan maravilloso material
Dictado por su Creadora Alexis Muetterken

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